A todos los maestros que se desviven por su trabajo. A aquellos "locos" que empezamos septiembre con ilusión. A esos seres extraños que disfrutamos trabajando en casa los fines de semana dibujando murales, elaborando juegos manuales, fabricando titeres o casitas de chocolate. A todos aquellos que sufrimos cuando vemos que un alumno tiene algún problema familiar. A esas personas que, a pesar de pasar un mal momento, ponen una sonrisa al recibir a sus alumnos cada mañana. A los que elaboran murales o paneles y escriben sus ideas de cómo abordar los centros de interés durante sus vacaciones. A los que tienen ganas de aprender a hacer mejor su trabajo. A aquellos que ponen todo su empeño con los alumnos que tienen más dificultades y no paran hasta que consiguen llegar lo más alto posible. A todos los q...