Todo empezó cuando regresamos un viernes del recreo, cuando llegamos a clase nos encontramos con esta nota:
Nos quedamos asombrados y especulamos sobre lo que podría
ser. Algunos dijeron que podría tratarse de un arcoiris, otros que si era una
cabra… Estuvimos “estrujándonos” el cerebro durante el fin de semana pensando
de qué podría tratarse. Sin embargo el lunes recibimos esta otra notita:
Con esta otra pista nos aclaramos un poco, unos dijimos que
podría tratarse de una reina con la corona, otros que podría ser un caballero
con sus plumas y su yelmo brillante…
Finalmente, a los pocos días recibimos la última carta de
nuestro misterioso remitente.