Hemos visto a Kandinsky en el ordenador y su obra. Un dia aprovechamos el momento del plan lector del cole y nuestra maestra nos contó el cuento de Kandinsky. Una de las cosas que nos llamó la atención fue que su obra cambió cuando se le cayó la pintura y el resultado de la mezcla le resultó artístico. También nos gustó mucho que cuando estaba triste pintaba con colores oscuros y cuando estaba contento con muchos colores. A continuación, Susana nos preguntaba si Kandinsky estaría triste o contento en cada obra que nos enseñaba. Uno de sus cuadros de mayor colorido es la de los círculos concéntricos. Nosotros la hemos hecho nuestra, cómo no. Pero como nos gusta experimentar con técnicas plásticas, nos pareció muy motivador hacerlo con "churritos de plastilina". Este es el resultado:
Cada uno de nosotros tenía un cuadradito de color para luego formar una composición conjunta. Realizamos los "churritos" combinando los colores a nuestro gusto: unos churros eran más largos que otros, unos más gruesos, otros menos... Así que, a parte de disfrutar un montón y de seguir ampliando nuestra cultura artística conociendo mejor a Kandinsky, hemos trabajado con esta actividad tan sencilla muchísimas cosas, pues nos ha ayudado a:
- Iniciarnos en la toma de pequeñas decisiones.
- Desarrollar la capacidad creativa.
- Utilizar una nueva técnica plástica con plastilina.
- Trabajar el círculo como forma geométrica.
- Cuantificar (contamos los círculos).
- Repasar colores y combinarlos a nuestro gusto.
- Interiorizar la noción de "concéntrico".
- Desarrollar la motricidad fina amasando plastilina, realizando los "churritos" (tiene infinidad de beneficios trabajar con plastilina a estas edades para fortalecer la musculatura y desarrollar progresivamente las habilidades de psicomotricidad fina).
- Comparar tamaños y grosores.
- Valorar las obras artísticas de nuestros compañeros.
- Participar en un trabajo colectivo aportando una pequeña parte para crear un conjutno.
- Trabajar el centro como concepto.
Somos unos artistas y, aunque no somos conscientes porque lo hacemos como un juego, estamos aprendiendo un montón.
¡Por cierto! Este es el cuadro original que nos inspiró para nuestra obra.
Cada uno de nosotros tenía un cuadradito de color para luego formar una composición conjunta. Realizamos los "churritos" combinando los colores a nuestro gusto: unos churros eran más largos que otros, unos más gruesos, otros menos... Así que, a parte de disfrutar un montón y de seguir ampliando nuestra cultura artística conociendo mejor a Kandinsky, hemos trabajado con esta actividad tan sencilla muchísimas cosas, pues nos ha ayudado a:
- Iniciarnos en la toma de pequeñas decisiones.
- Desarrollar la capacidad creativa.
- Utilizar una nueva técnica plástica con plastilina.
- Trabajar el círculo como forma geométrica.
- Cuantificar (contamos los círculos).
- Repasar colores y combinarlos a nuestro gusto.
- Interiorizar la noción de "concéntrico".
- Desarrollar la motricidad fina amasando plastilina, realizando los "churritos" (tiene infinidad de beneficios trabajar con plastilina a estas edades para fortalecer la musculatura y desarrollar progresivamente las habilidades de psicomotricidad fina).
- Comparar tamaños y grosores.
- Valorar las obras artísticas de nuestros compañeros.
- Participar en un trabajo colectivo aportando una pequeña parte para crear un conjutno.
- Trabajar el centro como concepto.
Somos unos artistas y, aunque no somos conscientes porque lo hacemos como un juego, estamos aprendiendo un montón.
¡Por cierto! Este es el cuadro original que nos inspiró para nuestra obra.