Muchos profesionales coincidimos en que los niños que vemos día a día muestran más dificultades para vivir sus emociones de forma sana y con más problemas de atención y concentración. Seguro que en casa alguno habrá observado a su hijo que está jugando a algo y lo deja en seguida para ir con otra cosa, luego otra, o niños que están pensando en otra cosa cuando se les está hablando... Nos pasa a nosotros también. Esto se debe a numerosas causas: sobreestimulación (demasiados juguetes, televisión, maquinitas), sobreprotección (evitamos que nuestro hijo llore y tenga una pataleta calmándolo con elementos materiales), exceso de actividades pautadas en detrimento de actividades libres y creativas, NO PERMITIR QUE NUESTROS HIJOS SE ABURRAN (esto ya daría para otro post)... Por todo ello en clase y el casa, trabajamos ejercicios que nos ayudan a concentrarnos, a ver qué sentimos y cómo lo sentimos, qué pensamos y cómo reaccionamos, a conocernos.
Los beneficios del Mindfulness
El objetivo fundamental del Mindfulness consiste en aprender a gestionar las emociones, reacciones, actitudes y pensamientos para poder afrontar las situaciones que nos sucedan en nuestra vida mediante el perfeccionamiento de la conciencia plena. Así, seremos capaces de desarrollar ciertas actitudes positivas en relación a nuestro estado mental y emociones, llegando a controlarlos desde la libertad, el conocimiento de sí mismo y la aceptación.
El Mindfulness persigue el aprendizaje, gestionar lo que nos sucede dentro y reaccionar de un modo más consciente y eficaz a las eventualidades del día a día.
De este modo, hay que ser conscientes de que lo que nos provoca malestar o ansiedad no son los eventos, sino cómo vinculamos las emociones éstos.
Entre los numerosos beneficios del Mindfulness, demostrados por varios estudios científicos, destacamos los siguientes:
- Aumenta la capacidad de atención y concentración.
- Actúa sobre los telómeros disminuyendo algunas patologías asociadas a la vejez.
- Ayuda a controlar la ansiedad y el estrés.
- Desarrolla la capacidad creativa.
- Mejora la memora a corto plazo o memoria de trabajo.
- Desarrolla la inteligencia emocional.
Ejercicios de atención plena en el aula
En esta línea, trabajamos una secuencia de ejercicios en clase que ayudan a desarrollar estas habilidades que tienen múltiples beneficios. Hoy vamos a mostrar algunos de ellos que realizamos de forma habitual
¡Que no se derrame!
En el primer juego es muy secillo. Llenamos un vaso de agua (hasta los topes). Con mucho cuidado los alumnos lo llenan y lo traen desde el baño muy concentraditos para que no se derrame ni una gota. Luego lo vamos pasando de un compañero a otro con muchísimo cuidado. El último lo lleva al baño y lo vacía.
Poco a poco el juego se va complicando y tenemos que dar una vuelta a la clase con el vaso llenísimo. La verdad es esta actividad gusta muchísimo a los niños ya que se les plantea como un reto y muchas veces son ellos los que piden hacerla.
Masajitos
Otra actividad consiste en hacer masajes por parejas. La actividad no consiste en hacer masajes y ya está, sino que tenemos los ojos cerrados, sentimos las manos del compañero en nuestra piel, nos concentramos en lo que nos está sucediendo en estos momentos con plena atención. Además nos ayuda a relajarnos y nos gusta mucho.
Hay más ejercicios que realizamos en clase (la campanita, escuchamos ruidos al aire libre...), pero aún no hemos sacado fotos. Pronto lo compartiremos con ustedes.
Si desean practicar en casa estos ejercicios en casa lo pueden hacer, y si quieren saber más, este libro es recomendable.