El otoño ha llegado y hojas secas ha dejado. Somos muy peques y no entendemos bien lo que son las estaciones. Así que, para observar estos cambios, no hay nada como salir al aire libre. Así que fuimos al patio en busca de hojas secas que hubieran caído de los árboles. Encontramos unas cuantas y las fuimos metiendo en el cesto.
El viento quería jugar con nosotros y las movía para que las persiguiéramos. Lo pasamos muy bien.
¡Y lo bien que lo hemos pasado!
Además, hemos pintado hojas poniéndolas debajo del folio y pasando una cera acostadita. ¡Precioso!
¿Qué nos aporta esta actividad?
El viento quería jugar con nosotros y las movía para que las persiguiéramos. Lo pasamos muy bien.
En clase las observamos, vimos los colores y tamaños que tienen y las clasificamos. Nos gustó tanto que jugamos con ellas.
Incluso hicimos nuestras creaciones al más puro estilo de Arcimboldo. Por cierto, que también hemos conocido a este simpático y curioso pintor.
No estaba programado, pero hemos aprovechado estas expresiones faciales para iniciarnos en la educación emocional. Imitamos las expresiones con nuestra cara. ¡qué graciosos estábamos!
¡Y lo bien que lo hemos pasado!
Además, hemos pintado hojas poniéndolas debajo del folio y pasando una cera acostadita. ¡Precioso!
¿Qué nos aporta esta actividad?
En primer lugar, salir a vivir el otoño: sentir, ver, tocar, oler las hojas es la mejor manera de aproximarse a los cambios estacionales. La expedición, para ellos, es una aventura, una actividad de observación, selección y trabajo en equipo. Hubiera sido más sencillo haber llevado las hojas ya de mi casa, pero nos hubiéramos perdido lo más importante de la propuesta, ¿no crees?
El clasificar las hojitas nos ha ayudado a interiorizar conceptos como tamaños y colores.
Conocimos al peculiar pintor Arcimboldo, introduciéndonos en el gusto por el arte. Además, hemos aprendido a versionar al artista, realizando nuestras propias obras inspiradas por este autor. Una actividad en la que se desarrolla la creatividad. Pero no solo eso, también el esquema corporal ubicando las partes de la cara en su lugar (cuestión que en representaciones gráficas les está costando un poco). Además nos ha ayudado a interiorizar los conceptos "dentro-fuera".
Por último, experimentamos una nueva técnica plástica que implica a la motricidad fina al pasarla cera sobre las hojas, actividad en la que, además, hemos conocido los colores del otoño y nos ha ayudado a distribuir los elementos en el espacio.
Explicamos esto porque a veces las actividades que hacemos, desde fuera, pueden parecer sencillas y sin finalidad. Nada más lejos de la realidad. Todo está muy pensado para sacar el máximo provecho siempre con actividades motivadoras que fomenten las experiencias sensoriales y la capacidad creativa de los peques.